domingo, 25 de octubre de 2009

Que Calderón pase por su liquidación


Que Calderón pase por su liquidación



Francisco Javier Chaín Revuelta

Los mexicanos que saben leer, escribir y contar saben muy bien, sin errar, que los del partido de acción nacional (PAN) se robaron la Presidencia de la República con la complicidad del instituto federal electoral y del tribunal correspondiente.

Todos aquellos que cargan en su conciencia delitos y culpas no pueden salir a la luz pública, a la calle, si no son resguardados por guardias personales, guardaespaldas, policías de todo tipo y algunos incluso con el ejército nacional a sus espaldas.

Esa es la manera en que se presentan en los actos públicos los funcionarios del gobierno, porque está grabado en su conciencia que los ciudadanos, las personas comunes y corrientes, con mucho acierto y sentido común, los repudian por corruptos, hipócritas, cínicos, incapaces e inútiles para conducir a la sociedad con una política respetable y honesta.

Funcionarios públicos y (entre comillas) representantes de los ciudadanos en el congreso, pertenecientes a los partidos de acción nacional (pan) y revolucionario (entre comillas también) institucional (pri) han propuesto y aprobado respectivamente mayores impuestos para la gente. Por tal motivo son señalados por la mayoría de las personas, por la mayoría de los mexicanos, como individuos que viven del pueblo y traicionan al pueblo. Estos turbios sujetos, están tan concientes del repudio popular que generan, que siempre andan rodeados de guardaespaldas, policías de todo tipo, granaderos e incluso usan hasta al mismo ejército nacional.

Las personas comunes y corrientes en las calles se preguntan ¿Nos dijeron los del pan y pri a nosotros sus electores que iban a votar nuevos impuestos? ¿Nos dijeron que nos iban a dar una puñalada? No lo hicieron, porque si lo hubieran hecho, ninguno de ellos hubiera sido electo ni de chiste, ni con ayuda del ife, ni con la del tribunal.

Aun peor, los del pan se robaron la presidencia, para realizar algo inaudito, algo nunca visto en el mundo entero, donde el propio secretario del trabajo, el responsable ante la nación de proteger a los trabajadores, usa el ejército para, en un acto canalla, acabar con una empresa pública nacional y para acabar con los sindicatos de trabajadores.

Todos aquellos que votan impuestos contrarios al clamor popular realizan un acto irresponsable y criminal sobre los sesenta millones de pobres que viven en esta especie de país, donde la gran mayoría de ellos padecen hambre y enfermedades extremas. Cualquier persona en sus cabales se pregunta con justa razón ¿Es que no piensan los gobernantes y congresistas?

Lo que la gente de la calle clama es que paguen impuestos los supermillonarios, los grandes monopolios a los que se los dispensan, como televisa, cocacola, Cemex, Maseca, etc. Piden que diputados y senadores no los insulten con sus exorbitantes sueldos, sobre sueldos, compensaciones, y tantos privilegios. Que no den puñaladas. Les piden que no tengan doble moral, que no den manotazos y escondan la mano, que no sean hipócritas. La gente piensa que a la empresa que hay que liquidar es la del actual y espurio gobierno. Que Calderón pase por su liquidación y se le ofrezcan clases de tejido y papiroflexia para que ponga un changarro.

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