miércoles, 28 de octubre de 2009

Llorar por dentro


Paradigmoterapia.


Llorar por dentro

Pablo Delgado Rannauro




Un periódico de circulación nacional promovió un foro para que los ciudadanos opináramos de ésta pregunta: ¿Tienes ideas de cómo obtener más dinero para las finanzas públicas sin subir impuestos?

En mi opinión se debería discutir por personas expertas en estos temas y en otros que requiere nuestro país, por ejemplo doctorados(as) en filosofía política, en sociología, en economía, en historia, en leyes, entre otras especialidades.

Pero las propuestas que plasman los ciudadanos de ambos sexos son por lo común en el sentido de que el presupuesto de egresos sea austero, en otras palabras, que el gobierno se apriete el cinturón. Veamos algunas de las ideas que diferentes partes de la república enviaron al prestigiado diario.

Es inadmisible que grandes empresas no paguen impuestos, bajar el sueldo a todos los funcionarios de 1er y 2do nivel al 50%, lo mismo a diputados y senadores, simplificar las declaraciones de impuestos para que cualquier persona con educación de secundaria pueda llenarlas, y no como ahora que se necesitan dos contadores, reducir el gasto de viáticos, celulares, viajes, seguros de gastos médicos (que se atiendan en el sector público de salud).

Que se acabe la impunidad de los corruptos, que se acabe la frase del que no tranza no avanza, que a los gobernantes corruptos se les haga juicio político, que los órganos de fiscalización a sus titulares no sean nombrados por el ejecutivo, ya que son juez y parte, lo mismo para los titulares de las comisiones de los derechos humanos.

Que las campañas políticas a los puestos de elección popular, tanto federales como estatales se realicen al mismo tiempo en todo el país: es como tener dos hijos gemelos, no tener dinero y hacerle una fiesta de cumpleaños a cada uno. El Instituto Federal Electoral (IFE) las debe organizar, con actores políticos que no traicionen a la institución.

Que los representantes de los sindicatos de los trabajadores, no puedan ser candidatos a un puesto de elección popular, y para ser candidatos: tendrían que renunciar a su cargo; que el gobierno ponga orden y la economía la hagamos los mexicanos y no al revés; que se aplique la ley y los reglamentos, así entraría mucha plata a las tesorerías de los gobiernos (multas y sanciones).

Que las universidades públicas sean un filtro para cualquier tecnología que quieran importar al país, con ello se promovería la investigación y desarrollo nacional; las participaciones federales los municipios las deben usar para apoyar la infraestructura, la educación y capacitación y la solidaridad social, y que los recursos propios se ocupen para pagar los gastos de sus diecisiete comisiones. Que se aumente la base gravable de los causantes y se disminuyan las tasas impositivas.

Los opositores a la mafia gobernante dicen que solamente se van a cambiar las cosas cuando lleguen ellos al poder, situación que no comparto, por eso, con esta columna quiero compartir mi pensamiento de que las personas eruditas son las que deben hacer la gran reforma estructural del país y todos juntos por medio de un plebiscito hacer un nuevo contrato social como lo señala Luis Rubio y Edna Jaime en su libro El Acertijo de la Legitimidad.

El también profesor asociado del Centro de Investigación y Docencia Económica A.C. (CIDE) Pablo Rojo Calzada dice que debemos haber más ciudadanos y menos gobierno, que los ciudadanos nos involucremos en las comisiones municipales para exigir rendición de cuentas y transparencia en el manejo de los recursos, ello traería como consecuencia gobiernos eficientes, democráticos y honestos.

Esta es la reflexión que hago al respecto de la pregunta que se realizó líneas arriba, y mientras no se den las propuestas de los eruditos solo me queda el consuelo de llorar por dentro.

pablodelgado14@hotmail.com

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