jueves, 15 de octubre de 2009

Memoría Mía



Memoria mía


¡Oh, memoria mía! acuérdate de esta gracia

que me otorgó en secreto.

Tu amor, ¡oh bienamada! Resplandece

en mi rostro.

¡Oh memoria mía! acuérdate de que

cuando sus ojos

me hirieron con sus miradas, en su boca

florecía una sonrisa.

Recuerda que su rostro encendió

la llama del placer y que hacia ella

voló mi corazón como una mariposa.

Recuerda que cuando ella sonrío,

ambos bebimos en nuestros labios.

Recuerda que en la Casa de la dicha

nació nuestra alegría del aroma sutil

de azahares suaves.

Recuerda que tu y yo bebimos de ese azahar

y que el amor fue nuestro convidado.

Recuerda nuestro largo descanso

y nuestra larga dicha y que sigue

el tiempo

en que esa delicia nos es familiar.

Recuerda que, entonces, por tu causa,

mis poemas, las perlas de Ibn Tanus,

siguen formando tus collares.

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