sábado, 3 de octubre de 2009

En la conmemoración de la masacre de 1968, rechazo a la política económica






 Exigen más recursos para educación, alto a la militarización y no reprimir las protestas








En la conmemoración de la masacre de 1968, rechazo a la política económica







Como cada año, miles participaron en la marcha conmemorativa de la masacre del 68Foto Yazmín Ortega Cortés Mariana Norandi, Emir Olivares y Laura Poy







Este año las marchas conmemorativas por la matanza del 2 de octubre de 1968 reflejaron el rechazo popular a las políticas económicas y sociales de la administración federal y derivó en enfrentamientos de jóvenes con la policía.







Las demandas que corearon miles de personas que acudieron a la concentración fueron claras: repudio al impuesto general de 2 por ciento al consumo, así como al recorte presupuestal en educación.







Exigieron alto a la militarización del país y a la represión de la protesta social. Mantas y carteles resumían los reclamos: “más cultura, menos armas”, “la crisis la está pagando el pueblo”.







No faltaron las exigencias que año con año, marcha con marcha, se hacen: esclarecimiento de los asesinatos del 2 de octubre, castigo a los responsables de la represión y justicia para los caídos.







Decenas de miles en estados







También en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Tlaxcala, Chiapas, Veracruz, Sinaloa y Chihuahua se manifestaron decenas de miles de personas en memoria de las víctimas de la masacre y para exigir castigo a los responsables.







En la ciudad de México, a las 16:40 horas, los manifestantes salieron de la Plaza de las Tres Culturas hacia el Zócalo. El grito anual surgió entre los contingentes: “Dos de octubre no se olvida”.







Al principio la marcha fue encabezada por miembros del Comité 68, entre ellos Raúl Álvarez Garín, Félix Hernández Gamundi y Leopoldo Ayala, seguidos de integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, estudiantes y maestros de UNAM, UAM, Politécnico, Chapingo, Colegio de Bachilleres y otras instituciones, así como por la organización HIJOS (integrada por familiares de desaparecidos políticos), y Jorge Morett, padre de Lucía, estudiante mexicana sobreviviente del bombardeo del ejército colombiano contra un campamento de las FARC, así como familiares y amigos de Ramsés Villarreal, acusado de colocar explosivos en sucursales bancarias.







No habían avanzado ni 500 metros cuando los parientes de Villarreal se colocaron a la vanguardia, por lo que ahora no fueron los sobrevivientes del movimiento estudiantil de 68 quienes encabezaron el ingreso a la Plaza de la Constitución.







Antes, al llegar al cruce de Eje Central y Madero, al contingente se unió la columna de electricistas, sindicatos, universitarios y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación –que partió del Monumento a la Revolución– quienes se sumaron al repudio de la represión y la criminalización de la protesta social.







La senadora Rosario IbarraFoto Yazmín Ortega Cortés







Profesores de la sección 22 del SNTE y organizaciones adjuntas a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) realizaron un mitin en el zócalo de esa ciudad para conmemorar la matanza de 1968 en TlatelolcoFoto Notimex



Apoyados por el Sindicato de Trabajadores de la UNAM, unos 3 mil integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas corearon consignas en apoyo a su líder Martín Esparza Flores, con mantas y pancartas en las que exigían al gobierno federal respeto a la autonomía sindical.







Cuando la descubierta llegó al cruce de Madero e Isabel la Católica, el comité organizador fue informado de enfrentamientos que se producían frente al Palacio de Bellas Artes –eran las 18 horas–, que la policía había lanzado gases lacrimógenos contra los manifestantes y corrían versiones de detenidos y heridos.







La marcha se rompió, los que no pudieron entrar a Madero estaban cercados por barreras de granaderos.







“Volvamos a buscar a nuestros compañeros”, demandaban algunos. Alvarez Garín y Trinidad Ramírez, de Atenco, intentaban reorganizar la marcha, pero finalmente Trini, con machete y micrófono en mano, se dirigió a los manifestantes y les dijo:







“Compañeros, es increíble la fuerza pública que se desplegó para esta marcha, pero ni ellos pueden avanzar ni nosotros retroceder. Así que avancemos y hagamos una comisión para exigir a (Marcelo) Ebrard que detenga la represión.”







Minutos después, la vanguardia de la marcha hizo su entrada al Zócalo. Mientras se organizaba la comisión, dio inicio el mitin que abrió Leticia Gómez Castillo, madre de Ramsés, quien exigió la liberación inmediata de su hijo.







Alvarez Garín pidió la dimisión de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por sus decisiones más recientes y un referendo revocativo, “porque no tenemos que aguantar a un gobierno que no representa los intereses del pueblo”.







Representantes estudiantiles solicitaron más presupuesto para la educación, ampliación de becas, aumento de matrícula y llamaron a la comunidad estudiantil a unirse para defender la educación pública, laica y gratuita.







Hasta el cierre de esta edición, una comisión encabezada por Ramírez demandaba ser recibida por autoridades capitalinas con el propósito de que 26 personas detenidas fueran liberadas. Un funcionario les informó que serían recibidos por el procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.





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Agentes lanzan gases lacrimógenos; 26 personas aprehendidas



Intentos de provocación generan choques entre estudiantes y policías



Frente al Palacio de Bellas Artes se suscitó una gresca entre la policía del DF y los manifestantesFoto Yazmín Ortega Cortés



Imagen del enfrentamientoFoto José Antonio López

En Oaxaca los llamados anarcopunks arremetieron contra edificios públicos y representantes de medios de comunicaciónFoto Notimex

Emir Olivares, Mariana Norandi y Agustín Salgado



Elementos de la policía del Distrito Federal cercaron durante más de 20 minutos a jóvenes que participaron en la marcha conmemorativa del 2 de octubre. En el Eje Central Lázaro Cárdenas, cerca del Palacio de Bellas Artes, los uniformados coparon a los contingentes que iban en la retaguardia, lo que provocó enfrentamientos, la detención de 26 personas y agresiones de ambos lados.



Los agentes lanzaron gases lacrimógenos, lo que abonó al caos y causó crisis nerviosas entre manifestantes, mientras los jóvenes respondieron lanzando botellas, piedras, cohetones y otros objetos.



Hasta las 17:30 horas la marcha se desarrolló en calma. Frente a la plaza de Garibaldi varias personas, la mayoría encapuchadas o con paliacates, se ubicaron detrás de los jóvenes “anarquistas” y arrojaron botellas y otros objetos contra los granaderos. Algunos estudiantes intentaron detenerlos y llamaron a sus compañeros a no caer en provocaciones.



Dos calles más adelante, en la esquina de Lázaro Cárdenas y República de Cuba, el mismo grupo lanzó piedras contra los ventanales de un Oxxo y sustrajeron varios productos. “Fuera porros de la UNAM”, “Esos no son estudiantes, sino los que chingan la nación”, fueron los gritos de rechazo a esas acciones



Muchos intentaron distender los ánimos, pero el esfuerzo fue vano. La policía les cortó el paso cerca del Palacio de Bellas Artes. Eran casi las seis de la tarde.



En ese momento se desató el enfrentamiento entre jóvenes y uniformados. Los primeros empujaban, lanzaban golpes y exigían que se les dejara continuar.



Los policías lograron encapsular a cientos de personas, pero sólo consiguieron que crecieran los escarceos. En la confusión, los granaderos atacaron a algunos reporteros y fotógrafos que cubrían la movilización.

Los agentes lanzaron gases lacrimógenos y lograron dispersar a cientos de jóvenes que cubrían sus rostros con trapos, servilletas o playeras. Asustados, muchos estudiantes abandonaron el lugar. Fue entonces cuando inesperadamente la barrera de granaderos se abrió y cedió el paso a los colectivos que habían sido cercados.



Más tarde policías vestidos de civil detuvieron a jóvenes que presuntamente participaron en la reyerta, lo que provocó el reclamo de los manifestantes, que intentaron evitar las aprehensiones.



El titular de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, Manuel Mondragón y Kalb, informó en entrevista radiofónica que sólo hubo “un enfrentamiento moderado” y “11 detenciones”. Indicó que los granaderos no lanzaron los gases, sino “los grupos vandálicos” que se “colaron” en la manifestación.



Al finalizar la movilización el funcionario aclaró que dio la instrucción para que “se hiciera un englobamiento (sic) y se impidiera que estas personas continuaran haciendo desmanes, situación que nos permitió demorar (sic) la marcha”.



La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal reportó la detención de 26 personas (que fueron conducidas a la agencia 50 del Ministerio Público), entre ellas 11 menores de edad y un ciudadano de origen hondureño, a quien se acusa de haber intentado despojar de su arma a un agente policiaco en las inmediaciones de una sucursal bancaria ubicada en la calle de Izazaga. Ambas dependencias reportaron saldo blanco






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Señalan deuda histórica con víctimas de la masacre del 2 de octubre



1968, detonador de la participación política en México, afirman diputados

Roberto Garduño



Al conmemorar la represión estudiantil cometida por el gobierno hace 41 años, diputados federales priístas, panistas y perredistas coincidieron en la relevancia de aquel movimiento popular como detonador de la participación política de una nueva generación en el país. Durante el acto se reprochó que a más de cuatro décadas de la masacre del 2 de octubre de 1968 no se haya deslindado la responsabilidad de quienes ordenaron ejecutarla.



El perredista Vidal Llerenas refirió la deuda histórica que persiste con las víctimas de aquel suceso. “Es un día importante porque representa el punto de quiebre del régimen autoritario que existía en México”.



A su vez, la panista Gabriela Cuevas Barrón se pronunció por rescatar las libertades democráticas que ese movimiento aportó.

“Fue la lucha de jóvenes que dieron hasta su vida por un México con libertades democráticas. La naturaleza del 2 de octubre, como de los distintos movimientos, era pedir espacios de libertad y participación que ahora hay.”



En tanto, la priísta Sofía Castro apuntó que el movimiento de 1968 se constituye en piedra angular para la libertad de expresión.



“Confío en que mientras existan otras ventanas, como el Poder Judicial y el Legislativo, los ciudadanos puedan aprovechar estas instancias para ser escuchados, atendidos y para privilegiar la mesa de propuestas antes de que estalle otro conflicto social.”

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