domingo, 18 de octubre de 2009

Déjame ver tu rostro


Déjame ver tu rostro



Déjame ver tu rostro para que olvide mi vida.

Dí al viento que se lleve todo cuánto coseché.

¿Quién puede respirar tu cabellera?

¡Olvida, olvida, enfermo y viejo corazón!

Prométeme que el día de mi muerte

me verás, un solo instante, y marcharé

serenamente hacia mi tumba.

Que todo me deje y olvide.

Pálido, mi rostro oculto en tu puerta.

Piensa, ¡Ibn Tanus! en su dulzura…

y no digas más.

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